INTRODUCCIÓN: CONTEXTO BIOGRÁFICO
La filosofía moderna se sitúa entre los siglos XVII y el XVIII ambos incluidos. El XVII es el siglo del absolutismo real y de la Contrarreforma. Se pasó de ese frenético individualismo del Renacimiento a una visión del individuo que debía ahora apoyarse en la unión y el orden; es decir, comienza a valorarse al individuo como parte constituyente de la sociedad, tal y como precursaba Aristóteles: “el hombre es un animal social”. Por el desgaste que habían producido las agitaciones políticas y doctrinales del periodo precedente, en este periodo se inicia una reacción a favor de la Autoridad y del sentido de la disciplina y el método [1] para hacer posible la edificación de un saber sólido y duradero. En este nuevo ambiente, nace la nueva ciencia de las manos de Galileo y Newton y se forman dos corrientes filosóficas contrapuestas, EL EMPIRISMO y EL RACIONALISMO, inspiradas respectivamente en los métodos experimental y matemático sus iniciadores son Francis Bacon y Descartes respectivamente. El pleno siglo SXII, se hace ya necesario rellenar las lagunas que deja la filosofía aristotélica, bastante adelantada para su tiempo y, sin embargo, insuficiente para las respuestas que demandaba saber este periodo.
La Matemática se construye a priori, es decir, con independencia de la experiencia, aunque después se ajusta perfectamente a ella, pues sus enunciados tienen un valor universal y necesario. La claridad, el rigor y progreso de la ciencia Matemática hicieron pensar que ese saber sólido y duradero debía servir como modelo a la Filosofía; de modo que se empezó a trabajar en filosofía con este método. Nace así la pretensión de construir a priori un saber sobre el mundo de valor universal y necesario, siguiendo el modelo la ciencia Matemática y su método.
Este periodo se caracteriza, EN CUANTO A LO RELIGIOSO, por la CONTRARREFORMA, pues se percibe la notoria intención de revitalizar la Iglesia y oponerse así al protestantismo. EN CUANTO A LO POLÍTICO, cabe destacar LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS, que comenzó siendo una guerra religiosa entre protestantes y católicos que al final se politizó para poner freno al poder creciente que ostentaba ser Casa de Habsburgo. EN CUANTO A LO ARTÍSTICO Y LITERARIO, nos encontramos en el Barroco, el contexto de las obras de Molière, Calderón de la Barca en España... DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO Y SOCIAL, la burguesía continúa su ascenso imparable y se comienzan comercializar nuevos cultivos procedentes de América.
« ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.» Pedro Calderón de la Barca |
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[1]. Descartes publicó en 1637 su obra, quizá, más importante: Discurso del método
Participa así en La Guerra de los Treinta Años. Conocerá a Isaac Beeckman, investigador, filósofo y matemático holandés; a partir de aquel momento, Descartes se interesa por la investigación científica, que une la Matemática y la Física. Visitará a Hobbes pero no lograrán ponerse de acuerdo; Hobbes se alinea con la Nueva Ciencia (método experimental), mientras que Descartes, que no acepta ni la filosofía Escolástica ni la Nueva Ciencia; el filósofo que nos ocupa pretenderá que su filosofía llegue a sustituir a la obsoleta Escolástica. En 1644, se publicacan, también en latín, los Principia philosophiae [2], obra que Descartes le dedica a la princesa Isabel, hija de Federico V, rey de Bohemia y elector del Palatinado refugiado en Holanda tras la batalla de la Montagne Blanche (1620). En 1649 acepto, aunque no de muy buen grado, la invitación de la joven reina de Suecia, Cristina, interesada en su filosofía desde 1646, para trasladarse a su corte. El clima riguroso de Suecia y el horario intempestivo de las lecciones que debía dar a la reina -las cinco de la mañana- acabaron con la vida de René Descartes a los 53 años de edad. La versión oficial dice que murió el 11 de febrero de 1650 de neumonía; si bien en 1980, el médico alemán Eike Pies, tras el hallazgo de una carta del médico sueco que atendió a René Descartes en sus últimos días, deduce por la propia escritura del galeno, que los síntomas de la muerte del pensador no coincidían con los de un enfermo de neumonía y sí con los de una víctima de envenenamiento por arsénico. En cualquier caso, tras la muerte de Descartes, en las universidades holandesas comenzaba a emplearse para la investigación el método cartesiano.
Descartes soportaba mal el frío; decía que: "En invierno, los pensamientos se congelaban como el agua." No pudo soportar el frío brutal de Estocolmo y murió allí |
El núcleo de la filosofía cartesiana es el estudio del fundamento en que se basa el conocimiento humano, hasta el punto que se puede decir que con él aparece la epistemología o teoría del conocimiento como tema central de la filosofía moderna. ¿Cuáles son las verdades que podemos conocer con certeza? Ésta es la cuestión central del Discurso del método y, sobre todo, de la primera de las Meditaciones. Desechando la filosofía escolástica y aristotélica como incapaz de dar respuesta a las exigencias científicas de su época, Descartes se inspira en las Matemáticas para desarrollar un método que aporte certeza al espíritu humano en todas las cuestiones. Tendrá por ciertas sólo aquellas ideas que se ofrezcan claras (ciertamente presentes a la conciencia) y distintas (bien analizadas) a la consideración de la mente. En este punto, marcaremos una distinción entre la filosofía cartesiana y la platónica contrastando el innatismo actual con el innatismo virtual.
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[2] En los 'Principia philosophiae', Descartes formuló una teoría sobre el movimiento de la materia que no chocaba con las doctrinas de la Iglesia, evitando así la suerte de Galileo. Como aportación fundamental, Descartes llegó de la mano de sus consideraciones sobre la naturaleza de la materia, que según la filosofía cartesiana, en efecto, el Universo es infinito y está constituido por materia, divisible a su vez hasta el infinito. Por esto negó la existencia del vacío, situando en el espacio una sustancia llamada éter.
En el primer caso, la mente posee en sí misma los contenidos concretos que con posterioridad se pueden ir re-conociendo, en ello y en los contenidos del mundo de las ideas, basó Platón su entramado filosófico, de tal manera que conocer consiste en RE-conocer; es decir, hacernos conscientes de todo conocimiento por reminiscencia. En el segundo caso, el caso de Descartes, en nuestra mente, por el contrario, no existen a priori contenidos concretos, sino que lo que en ella se posee es la capacidad de obtenerlos por sí misma, sin recurso a nada externo.
EL RACIONALISMO
El Racionalismo se sitúa en el siglo XVII y su iniciador es Descartes. Se caracteriza por la primacía de la razón respecto de cualquier otro tipo de conocimiento, de acuerdo –hasta aquí- con el platonismo. La primacía de la razón se refiere a las ideas innatas, ya que la razón está capacitada fundamentarlas sin la necesidad de ninguna experiencia sensible. También hace referencia al valor cognoscitivo de las ideas, ya que es a través de la razón como podemos calificarlas de universales.
EL SABER MODÉLICO DE LOS RACIONALISTAS ES LA MATEMÁTICA, SE BUSCARÁ QUE TODO SABER TENGA EL RIGOR PROPIO DE ÉSTA. EL RACIONALISMO ASPIRA A LA UNIDAD DE LA CIENCIA COMO UN SABER UNIVERSAL Y NECESARIO.
Con el Racionalismo la Filosofía da un giro, hasta entonces se partía del objeto, del mundo, del exterior para llegar al sujeto, al yo, al interior; por el contrario, ahora se parte de la subjetividad para llegar a la certeza de la realidad. Los representantes más destacados de esta corriente son Descartes, Spinoza, y Leibniz. Dicho esto, trataremos estudiar con una cierta profundidad el pensamiento de Descartes.
DESCARTES (1596-1650)
PREÁMBULO:
"Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro." René Descartes |
Descartes quiere lograr la fundamentación de todos los ámbitos del saber, quiere un saber universal. Cómo lograr conocimiento con certeza, cómo fundamentar la cientificidad. El criterio de la verdad está en el sujeto mismo. El sujeto es el fundamento de la verdad, y el criterio de esta verdad es la misma la evidencia. El hecho de que algo sea evidente no garantiza que tenga, además, que ser verosímil y probable. Cuando algo es evidente, se le impone al sujeto clara y distintamente. Lo distinto es lo que puede ser definido porque se distingue nítidamente y lo claro es lo que se nos aparece de forma no confusa. Esa subjetividad es universal, porque lo universal del sujeto es la razón, el sentido común. Universalmente hablando, lo único vinculante es la razón humana y su ley.
La razón es fuente generadora de verdades idénticas a las verdades matemáticas; por tanto, es necesario un método que permita a la razón hacer un buen uso. Descartes, basará su duda metódica en la propia subjetividad porque entiende que el yo es el único escenario donde se produce la evidencia: Si descubrimos el método válido y global para hacer ciencia podremos unificar todo el saber .
I. EPISTEMOLOGÍA Y TEOLOGÍA: EL MÉTODO:
Descartes presentará el MÉTODO DEDUCTIVO del razonar matemático como respuesta a la búsqueda de los principios del conocimiento humano. Así, se pregunta cuáles son las verdades que podemos conocer por certeza y deshecha las respuestas dadas por la tradición. Para ello se basa en las matemáticas de ahí que tenga que proceder con un método. Las reglas que aplica este método son:
1ª LA EVIDENCIA: no se puede aceptar nada que no se nos muestre clara y distintamente, clara en cuanto se presente a la conciencia y no ofrezca ninguna duda; y distinta en cuanto puede ser analizada y no se confunde con ninguna otra cosa.
«No admitir jamás como verdadero cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era: es decir, evitar con todo cuidado la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviese ocasión alguna para ponerlo en duda»
Descartes es un precursor del método basado en la evidencia. Sólo acepta como verdadero lo evidente. Ahora bien, ¿qué entiende el filósofo francés por ‘evidente’?
«La evidencia se produce sólo en la intuición, es decir, en un acto puramente racional por el que nuestra mente capta o "ve" de modo inmediato y simple una idea. La intuición es la captación intelectual inmediata de una idea. Inmediato implica que no hay una cadena deductiva de por medio y, por otra parte, que no hay mezcla con nada sensible -no median los sentidos o la experiencia para captar esa idea-. Si lo que es evidente es lo que es intuido, ¿Qué es lo que la mente intuye? ideas claras y distintas.»
2ª EL ANÁLISIS: reducir lo complejo a lo más elemental y que se muestre como una verdad indudable, una intuición. Esto es, en palabras de Descartes:
«Dividir cada una de las dificultades que examinase en tantas partes como fuera posible y como requiriese para resolverlas mejor»
3ª SÍNTESIS o procedimiento INDUCTIVO-DEDUCTIVO: se relaciona lo más elemental, lo más intuitivo para conseguir argumentos complejos. Dice Descartes refiriéndose a los pasos de su método: «El tercero, en conducir por orden mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer para ascender poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos, suponiendo incluso un orden entre los que se preceden naturalmente unos a otros» [INDUCCIÓN]. Una vez que se ha llegado a simplificar los elementos básicos de un determinado problema, hay que reconstruirlo en toda su complejidad, «deduciendo todas las ideas y consecuencias que se derivan de aquellos principios primeros absolutamente ciertos» [DEDUCCIÓN]. La síntesis es un proceso ordenado de deducción, en el que unas ideas se encadenan a otras necesariamente. En el proceso deductivo, no sólo reconstruimos lo complejo a partir de sus elementos simples y verdaderos, sino que ampliamos nuestros conocimientos con nuevas verdades: de lo conocido (“los elementos o naturalezas simples”) y, de este modo, accedemos a lo desconocido mediante un proceso ordenado y riguroso de concatenación de ideas.
4ª EL PRECEPTO DE CONTROL o COMPROBACIÓN: Es el último paso del método, por el cual se comprueba que no haya habido error alguno en todo el proceso analítico-sintético:
«Y el último, en realizar en todo unos recuentos tan completos y unas revisiones tan generales que pudiese estar seguro de no omitir nada».
La comprobación intenta abarcar de un solo golpe y de manera intuitiva la globalidad del proceso que se está estudiando. Se parte de la intuición y a ella se vuelve. Una vez comprobado todo el proceso, podremos estar seguros de su certeza.
El entendimiento utiliza para la acción de conocer dos vías: la intuición y la deducción. De este modo, se entiende, por la intuición conocemos los primeros principios que necesitamos para hacer deducciones y, a través de ella, conocemos ”las naturalezas simples”.
II. LA DUDA METÓDICA:
La búsqueda del fundamento del conocimiento parte de la duda. Descartes se cuestiona toda la realidad, según él no podemos estar seguros de lo que nos indican nuestros sentidos ya que a menudo nos engañan. Incluso hay ocasiones en las que no sabemos diferenciar el sueño de la vigilia, ”puede que todo esto no sea más que un sueño”. Pero en esta gran duda asoma una certeza, las verdades matemáticas. Aún en sueños no podemos dudar de que cinco y cinco suman diez; pero esto es así a priori, por convención.
Descartes, en su camino hacia la duda universal, nos propone la hipótesis de un “GENIO MALIGNO” que nos engañe, llevando a las últimas consecuencias el método y de esa manera, poder averiguar si hay una verdad indubitable. El genio nos puede hacer creer en la certeza de las verdades matemáticas, incluso en lo que se nos muestra como evidente, mientras que en realidad no estamos más que en una ilusión.
En este punto de la reflexión filosófica, Descartes asume lo siguiente: “si el genio me engaña, existo, y si yo me engaño a mí mismo y, por tanto, me equivoco, también quiere decir que existo. Es decir, mientras dudo, existo y de esta manera induce la famosa sentencia por la que ha pasado a la posteridad: “pienso luego existo” (COGITO ERGO SUM).
El ser consciente de que duda es la demostración de que existe y, así, nuestra existencia se muestra indubitable ya que es la primera verdad que se nos da clara y distintamente. A su vez supone que el hombre sea una substancia cuya esencia es pensar (RES COGITANS). Existir y pensar se nos dan como intuiciones simultáneas ya que no deduzco la existencia si no que la intuyo en el mismo acto de pensar.
Descartes entiende por sustancia aquello que existe de tal manera que no necesita otra cosa para ser. El ‘yo’ no depende de ninguna cosa material, no depende de la verdad o falsedad de las percepciones para ser, las percepciones no pueden ser sin el yo, sino que dependen del sujeto del que los piense y el yo es independiente de que las percepciones sean verdaderas o falsas.
Si la existencia del “yo” es lo único evidente, en las ideas de ese “yo” será donde aceptemos como verdadera toda idea que sea clara y distinta, ya que de lo que yo tengo certeza es de mis ideas (mi idea de libro, de persona, no de la realidad de los libros o personas).
Descartes clasifica las ideas del sujeto pensante en tres clases:
1ª LAS ADVENTICIAS o IDEAS FICTICIAS: Las que construye el sujeto mismo. Son representaciones causadas por la experiencia externa, las que se reciben a través de los sentidos.
2ª LAS FACTICIAS: ideas formadas por la mente que no se refieren a nada exterior, por ejemplo, la quimera:
“Pues tener la facultad de concebir lo que es en general una cosa, o una verdad, o un pensamiento, me parece proceder únicamente de mi propia naturaleza; pero si oigo ahora un ruido, si veo el sol, si siento calor, he juzgado hasta el presente que esos sentimientos procedían de ciertas cosas existentes fuera de mí; y, por último, me parece que las sirenas, los hipogrifos y otras quimeras de ese género, son ficciones e invenciones de mi espíritu.”
3ª LAS INNATAS: que no proceden de la experiencia, son ideas con las que se nace, son las únicas que en realidad son claras y distintas. Éstas son la sustancia, existencia, extensión, causa y la de Dios como ser perfecto ya que la idea de perfección no puede venir dada de nada imperfecto, ni de mí, ni de las cosas. Por lo que sí existe la idea existe un ser perfecto porque nada existe sin que tenga su razón; POR LO QUE DIOS ES LA “RES INFINITA” (SUSTANCIA PENSANTE INFINITA):
“Por Dios entiendo una substancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente, omnipotente, que me ha creado a mí mismo y a todas las demás cosas que existen (si es que existe alguna).” Pero una idea tal no puede proceder de él, “y, por consiguiente, hay que concluir necesariamente, según lo antedicho, que Dios existe. Pues, aunque yo tenga la idea de substancia en virtud de ser yo una substancia, no podría tener la idea de una substancia infinita, siendo yo finito, si no la hubiera puesto en mí una substancia que verdaderamente fuese infinita.”
Pero no podemos aceptar cualquier idea, ya que el genio maligno puede engañarnos -a excepción de nuestra propia existencia-. De esta manera pasa a probar Descartes que no existe tal genio maligno. Tanto el hombre como su razón son obra de Dios, que además de la prueba anteriormente dada en el punto de las ideas innatas, propone otra en la que hace una revisión del argumento ontológico (tomada de San Anselmo); en el que si Dios es un ser perfecto tiene que ser verdadero. La veracidad divina justifica que toda idea clara y distinta no puede ser un engaño. Dios no lo permitiría.
Probada la existencia de Dios no cabe la idea de genio maligno y, del mismo modo, tampoco cabrá cualquier duda acerca del criterio de evidencia.
Descartes deduce la existencia del mundo a partir de la existencia de Dios, ya que si Dios existe, es bueno y veraz, no puede permitir el engaño sobre la verdad de la existencia del mundo. Dios es garantía de la realidad del mundo. Para Descartes el mundo es extensión y movimiento (cualidades primarias), y a partir de estas ideas deduce la Física.
La res cogitans y la res extensa son sustancias; aunque, en rigor, para Descartes sustancia es aquello que no necesita de otro para existir, ya que tiene total autonomía. En este sentido, substancia sólo lo sería Dios; aunque dará también el nombre de substancia a las cosas creadas que, para poder existir, han recibido la participación de Dios. Así, Descartes utiliza la idea de ‘participación’ ya en Platón referida al mundo sensible con respecto al mundo de las ideas, para aplicarla reformulada de este modo: «es evidente la participación de la idea de Dios en las naturalezas simples»
CONCLUSIÓN: En la persona se da la distinción sustancial entre alma y cuerpo debido a la substancia pensante y la substancia extensa, ya que es a la vez mente y cuerpo. Descartes tuvo dificultades para explicar la interacción entre ambas substancias. Situó el punto de unión en el cerebro humano, aunque no resolvió como interactuaban ambas substancias.
OBJECIONES Y RESPUESTAS DE HOBBES A ESTA MEDITACIÓN. [MARCO DE ESTA OBJECIÓN: EN UN CONTEXTO POLÍTICO MONÁRQUICO Y ABSOLUTISTA, HOBBES AFIRMABA NEUTRALMENTE QUE: “si bien la soberanía está en el rey, su poder no provenía de Dios”]
«No tenemos ninguna idea de Dios porque no tenemos ninguna imagen de él, a no ser que nos parezca concebir lo inconcebible, pues Dios es infinito y nosotros somos finitos, y lo finito no puede concebir lo infinito. Pero “ el hombre, viendo que debe haber alguna causa de sus imágenes o ideas, y otra causa de esa causa, y así sucesivamente, llega por último a un fin, o sea, a una suposición de que existe alguna causa eterna, la cual, pues no ha comenzado nunca a ser, no puede tener otra causa anterior; y de ahí concluye necesariamente que hay un ser eterno que existe, sin que, con todo, tenga idea alguna que pueda decir que es la de ese ser eterno, pero designa con el nombre de Dios a esa cosa de que la fe o la razón le persuade… Pues bien: como el señor Descartes ha partido de esa suposición- a saber: de que tenemos en nosotros la idea de Dios- para probar el teorema de que Dios existe, debió explicar mejor esa idea de Dios, y concluir de ella no sólo su existencia, sino también la creación del mundo.»
-RESPUESTA DE DESCARTES A HOBBES.
Dice que Hobbes sólo entiende idea como la imagen de las cosas materiales pintadas en la fantasía corpórea, pero que él llama idea a todo lo que el espíritu concibe de un modo inmediato, así, si desea como a la vez concibe que desea, ese desear también lo considera como una idea. Además, dice que no viene a cuento lo que añade de la creación del mundo puesto que: “he probado que Dios existe antes de examinar si existe un mundo creado por él; y por sólo existir Dios, se sigue que, si hay un mundo, debe haber sido creado por él.”