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domingo, 3 de abril de 2011

JEAN-JACQUES ROUSSEAU (1712-1778)

"No conozco mayor enemigo del hombre que el que es amigo de todo el mundo.“


I. INTRODUCCIÓN
Jean-Jacques Rousseau fue un escritor, filósofo y músico francés. Se ha considerado el mayor exponente del pensamiento ilustrado y, del mismo modo, la figura que consecuentemente propició su reforma prefigurando el posterior Romanticismo.

Las ideas políticas de Rousseau influyeron en gran medida en la Revolución francesa, el desarrollo de las teorías republicanas y el crecimiento del nacionalismo. Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor expresada en sus dos más célebres frases: «El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado» [El contrato social] y: «El hombre es bueno por naturaleza», [Emilio o De la Educación]; de ahí su idea de la posibilidad de una reforma educativa.

En el contexto en que vivió Rousseau, París se convierte en la capital de la cultura, en detrimento de Versalles. Es en esta ciudad donde Rousseau entabla amistad con Condillac, y éste más tarde les presentará a Diderot y los demás ilustrados. En esta época, el panorama intelectual está dominado por Voltaire y Montesquieu.
Diderot y D'Alembert comienzan a divulgar la Enciclopedia. El régimen de Luis XV se había ido perdiendo fuerza gradualmente, hasta tal punto que, incluso, en el periodo de 1745 a 1764 fue ostentando un tinte reformista. La marquesa de Pompadour permitió el triunfo ideológico y cultural de los ilustrados y de la Enciclopedia. En el reinado de Luis XVI, se impulsarán una serie de reformas conducidas a moderar el absolutismo monárquico aproximándolo al modelo británico. No obstante, la economía se tornó más especulativa; de modo que, mientras la nobleza y burguesía prosperaban, los campesinos y obreros se empobrecían cada vez más. Estos factores provocaron la Revolución Francesa.

En cuanto al aspecto filosófico, el IUSNATURALISMO [3] se había convertido en la corriente dominante de Europa e influenció a algunos ilustrados como Diderot y Rousseau, que elaboraron versiones superadoras de la teoría original.

El empirismo de Locke era otra de las grandes tendencias compartidas. También las corrientes utilitarias (Hobbes) y el sensualismo (Hume). Algunos ilustrados construyeron su propio sistema, como el materialismo de Holbach y el sensualismo de Condillac. Pero, en realidad, la filosofía se había desespecializado y había pasado a ser una matriz, en la que se reflexionaba sobre ciencias: Economía Derecho, Moral, Lógica, Política, sus profesionales habían abandonado las aulas y escribían para el público culto. La alianza entre el Trono y la Iglesia, típica del Antiguo Régimen fue el blanco preferido de sus ataques, al igual que los jesuitas y la masonería.

II. CONOCIMIENTO:

En su Discurso sobre las ciencias y las artes, deja claro, en contra de todo el pensamiento de los ilustrados, que el conocimiento no nos ha llevado al progreso o desarrollo humano; de hecho, tratando de acabar con la visión liberadora y racionalista de la Ilustración, dirá: "un hombre que piensa es un animal depravado".
Para Rousseau, la base del conocimiento se asienta en la Moral de los individuos, ya que la ciencia, de la mano del progreso material, ha llevado al hombre a la competitividad y, por ende, al egoísmo, acabando así con los buenos sentimientos. Toda ciencia y filosofía no es más que el fruto de la ociosidad y del deseo de elevarse por encima de los demás de las personas. El conocimiento muestra la vanidad, la envidia y debilidad humanas que nos ha llevado a la competencia, al progreso vendiéndonos la idea de libertad y haciéndonos cada vez más mezquinos, además de esclavos de un orden político y social despótico de unas exigencias sociales cada vez más insaciables lujo, posición social, vanagloria, etc. Esto es: Las artes, según Rousseau, traen el conocimiento que hace al individuo comportarse en una constante búsqueda: "ser de agrado a los demás". Así, dirá este pensador que no se da un comportamiento natural, ya que en vez de crear una unión entre seres humanos, se crea la desigualdad entre ellos. Se crea una esclavitud a las artes y una esclavitud entre los hombres, se explica con su famosa cita:

"Las ciencias, las letras y las artes, menos despóticas y más potentes acaso, tienden guirnaldas de flores sobre las cadenas de hierro de que están cargados, sofocan en ellos el sentimiento de esa libertad original para la que parecían haber nacido."
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[3] Enfoque filosófico del derecho que postula la existencia de un cuerpo de Derechos del Hombre universales, anteriores y superiores (o independientes) al ordenamiento jurídico positivo, fundados en la naturaleza humana.
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Por lo que entra la educación, que involucra a las artes como parte del proceso, sin uso excesivo de ellas, a "transformar al individuo liberándolo de las perversiones".

III. SOCIEDAD:

Rousseau parte de un optimismo antropológico, es decir, piensa que ‘el hombre es bueno por naturaleza’. Asume que hay ciertos derechos inalienables, que impiden que ningún hombre se someta a otro sin su consentimiento. Ese consentimiento, necesario para que nazca cualquier forma de asociación, pues remite a la creación de la sociedad. La única sociedad que podemos considerar natural es la familia. El pacto y la sociedad son la consecuencia lógica del estado de naturaleza, la lucha contra las dificultades naturales nos impide la supervivencia por separado. Pero la contrapartida de la sociedad es que ésta nos hace degenerar, nos pervierte, nos saca lo peor de cada uno, odios, envidias, lucha, muerte... De este modo, para Rousseau, fuera de la sociedad no hay moralidad. En el estado de naturaleza, éramos "buenos" y en el estado civil nos hacemos “malos”. Es la sociedad la que nos moraliza, es decir, no nuestros intereses nos hacen buenos o malos, sino quien nos origina esos intereses.
El Discurso sobre las ciencias y las artes es un texto en el que mantenía una postura pesimista que anticipó muchas de las tesis freudianas de El malestar de la cultura y en la que se oponía abiertamente al pensamiento de los filósofos ilustrados defendiendo que las artes y las ciencias, fuentes de perversión y esclavitud, contribuían esencialmente a la degeneración y envilecimiento del hombre. El Discurso de Rousseau -obra de gran polémica en su tiempo-, parte de una hipótesis opuesta a la mantenida por Hobbes, según quien el hombre anterior a la sociedad vivía en un estado de terror y guerra permanente contra sí mismo (“Homo homini lupus est” o ‘El hombre es lobo para el hombre’). Por el contrario, para Rousseau el estado "natural" del hombre, antes de surgir la vida en sociedad, era bueno, feliz y libre. El "buen salvaje" vivía independiente, guiado por el sano amor a sí mismo. Este estado natural es

"Un estado que no existe ya, que acaso no ha existido nunca, que probablemente no existirá jamás, y del que es necesario tener conceptos adecuados para juzgar con justicia nuestro estado presente."

Es decir, se trata de una hipótesis que permite valorar la realidad actual: el estado social, aquel en el que el hombre se aparta de la naturaleza para vivir en comunidad, guiado por el egoísmo, el ansia de riqueza (propiedad) y la injusticia.
Lo que lleva a las personas a unirse es el miedo a la única amenaza que tiene la naturaleza. Se juntan para defenderse de las diversas catástrofes. La causa de todos los males aparecen con la agricultura, cuando la sociedad se hace sedentaria, surge la propiedad privada y con ella las diferencias entre las personas, entre los propietarios y entre lo que tienen posesiones y los que no, creando la dependencia de unos sobre otros y la división del trabajo haciendo incluso de las diferencias naturales (más o menos hábiles, fuertes...) desigualdades sociales unidas a la división técnica. Cuando las propiedades no pudieron extenderse surgieron los conflictos, la guerra, el egoísmo y la avaricia; se pierde, así, el sentimiento piadoso. Así surgió de los propietarios la necesidad de defender sus intereses y elaboraron un contrato los ricos y los pobres (engañados) por él, ceden un poder supremo al que los gobierna para proteger a todos, pero que en realidad sólo garantiza el poder de los propietarios. Éste es el origen del Estado y la destrucción de la Libertad natural. A partir de aquí las sociedades se extendieron por todo el mundo implantando el mal y la desigualdad en todos los seres humanos. La sociedad tiene un instrumento muy eficaz para pervertir, éste es la educación. La sociedad manipula a sus individuos por medio de la educación. El Discurso causó tantas controversias que Rousseau tuvo que abandonar su puesto y dedicarse a trabajar como copista de música

IV. EN CUANTO A LA POLÍTICA SOCIAL: Rousseau propone el contrato social como medio para defender a cada individuo de la posibilidad de ser avasallado por otros. Este contrato no es el de Hobbes o Locke, en el se renunciaba a parte de nuestros derechos naturales cediéndoselos al Estado y, así, al que se ha de ser sumiso para que haya paz. Este contrato es injusto ya que trata de aparentar un acto de desigualdad como si fuese de igualdad. Por ello, Rousseau propone el contrato que permitirá que la fuerza del conjunto no se vea como una amenaza sino que sea la garantía de la libertad de cada individuo. El contrato sólo puede derivar de la voluntad general. Ésta ha de coincidir con la voluntad de cada individuo, pero solamente en la medida en que cada individuo renuncia a su voluntad particular para querer por sí mismo, el bien de todos; haciendo que los individuos dependan de ese cuerpo social y no unos de otros; a su vez, este cuerpo una república legítima donde el único soberanos es el pueblo. Todas las leyes son la expresión de la voluntad general, por lo que no renunciamos nuestra libertad, sino que la transformamos en libertad social.

V. TEOLOGÍA

El Emilio, tratado filosófico antropológico de Rousseau que su autor creía su obra más importante, presenta la profesión de fe de un vicario saboyano, que el autor utiliza para exponer sus ideas sobre la religión natural. El deísmo de Roussea, cae lejos del materialismo y ateísmo de algunos ilustrados: la verdadera religión surge del interior de cada uno, no de las imposiciones de las iglesias, y tiene más que ver con el corazón que con la inteligencia:

«Hijo mío, mantén siempre en tu alma el deseo de que exista Dios y nunca dudarás de ello».

Esta religión interior es la del hombre. No obstante, existe, además, la religión del ciudadano, que es la que establece el poder civil y determina al soberano: fundamentalmente es la misma que la interior, con el añadido de la obligación de observar el contrato social y las leyes, y la imposición de la tolerancia. Las religiones establecidas, como el cristianismo, son perniciosas para la sociedad.

1 comentario:

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