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viernes, 27 de mayo de 2011

KANT (1724-1804)

INTRODUCCIÓN DEL PERIODO ILUSTRADO:

Immanuel Kant, Prusia, 22 de abril de 1724 – ibídem, 12 de febrero de 1804) es considerado el filósofo alemán más influyente de finales de la Ilustración. Es el primero y más importante representante del IDEALISMO alemán y está considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal. 
La parte central de este siglo puede considerarse como un periodo de relativa tranquilidad, precedido por las llamadas ‘Guerras de religión’ y seguido de una serie de guerras revolucionarias, como la Revolución Norteamericana de 1776 y la Revolución Francesa de 1789. En este periodo de entreguerras, aunque no exento de contiendas, se percibe en la élite intelectual europea una cierta mentalidad común producida por la creencia compartida en un conjunto de valores que ha pasado a la historia con el nombre de la Ilustración: Un movimiento que pretende la difusión de todos los conocimientos, para que las personas dirijan su propia vida y de esa forma todos seamos responsables de la dirección que tome la sociedad. Tenemos el “Don” de la razón, universal para todos los seres humanos, pero esta está limitada, no llega a garantizar la esencia última de las cosas descubriéndonos de esa manera la verdad, pero si tiene que ser ella la encargada de establecer sus propios criterios, es decir de ser autónoma, ha de indagar sobre su propia capacidad y someter todos los contenidos culturales a crítica, a la exigencia de los principios racionales.
CAPRICHO nº 43 de Francisco de Goya y Lucientes (17461828), pintor y grabador español.

Kant nació y vivió en Königsberg, Prusia oriental, una vez roto el vasallaje que la unía a Polonia. El rey Federico II (1740- 1786) favorece la educación del pueblo y promueve el progreso económico. Pero su sucesor Federico Guillermo II (1786- 1797) es un reaccionario y su ministro Woellner se enfrenta a Kant a propósito de la obra LA RELIGIÓN DENTRO DE LOS LÍMITES DE LA RAZÓN. Además de ésto, internacionalmente los hechos más destacados son la independencia Americana y la revolución francesa, aunque también vive acontecimientos como la guerra de los siete años, en la que Prusia es invadida por los rusos. Cabe destacar en esa época el ascenso de la burguesía con respecto al resto de la población, lo que condicionará la filosofía del momento (el burgués se hace a sí mismo). Otro rasgo a tener en cuenta en la Prusia del siglo XVIII es el pietismo (en el que fue educado Kant), es una religión que da importancia a la experiencia religiosa personal, es una tendencia que se acerca a la religión desde la pasión y no desde la razón, más centrada en la moral individual que en las prácticas y ritos religiosos.

En la Europa del siglo XVIII, el pensamiento no era algo unitario ni mucho menos uniforme. Aunque se constataba una cierta concordancia en los valores básicos de la Ilustración, una cierta mentalidad común, la diversidad intelectual era evidente en países tales como Alemania, Inglaterra, Francia, España, etc. En todo caso, el pensamiento europeo fue guiado, como nunca lo había sido, por los filósofos.

En la filosofía, LOS PLANTEAMIENTOS METAFÍSICOS CLÁSICOS se derrumbaron y surgió una fuerte orientación hacia los problemas del hombre, especialmente en lo que respecta a sus dimensiones ética y política. Los lugares propios de la filosofía dejaron de ser las cátedras y las escuelas para encontrarse por todas partes. La naturaleza ahora se concibe con un carácter experimental y racional, así las Ciencias no se derivan de principios universales, sino que se desarrollan a partir de la observación empírica y de la inducción, y se van incrementando los contenidos, a partir de los constructos científico-filosóficos heredados de pensadores de la talla de Bacon, Galileo y, sobre todo, Newton. De este modo, los filósofos ilustrados abandonaran el método cartesiano racionalista, para abrazar el experimental de Newton, basado en la observación y el experimento. Esto implicaba que en el origen de todos los conocimientos iban a estar las sensaciones, aunque sobre ellas tendrían que actuar las capacidades racionales humanas.

ANTE EL PROBLEMA DE DIOS muchos se declaran materialistas y ateos y una mayoría se mantuvo en posiciones agnósticas o escépticas; otros profesan el deísmo, pero éstos últimos, defendiendo una religión natural; es decir, manifiestan una tolerancia hacia la religión católica, pero dentro de los límites de la razón, pues la oposición radical a la fe no está en la incredulidad sino en la superstición. Esta mentalidad común, más que producir un cambio político mediante la revolución en alguna nación o una rotura del orden político existente, lo que pretendía era conseguir una revolución general en los espíritus, ilustrando a los gobernantes y educando al pueblo para que se pudieran mejorar las leyes y se pudiera dar realidad a la idea de progreso.

El punto de apoyo de los filósofos era la razón. Con ella se intentaba crear la Ciencia para poder dominar la naturaleza. Será una razón crítica que se enfrentará a los antiguos criterios de la tradición y de la autoridad exterior. Se pretendía poder usar la razón de forma autónoma, libre y en público, lo cual generaba, a su vez, la aceptación del valor de la tolerancia. VOLTAIRE se erigió en uno de sus máximos teóricos en obras tales como el Tratado sobre la tolerancia.

EL MARCO FILOSÓFICO EN EL QUE SE FORMA KANT es el racionalismo de Wolff, es un racionalismo muy extremo con el que pretende fundamentar toda la realidad a partir del principio lógico de ‘no contradicción’ y deduce un saber a priori sobre el alma, el mundo y Dios, aunque también conoce los escritos de Hume, ya que en ese momento se estaban traduciendo sus obras al alemán.

“Si ‘percibir’ es la función de la sensibilidad ‘comprender lo percibido’ lo será del entendimiento. “Kant (pensador de la Ilustración).

[De la misma manera, cuando se trata de la posibilidad de que algo exista como objeto de experiencia hay que presuponer una conciencia que ha de ser anterior al objeto, a esta conciencia la llama Kant: “Yo trascendental”.]

“No basta con abrir los ojos, hay que abrir lo mirado” Hugo Mujica (pensador y literato del siglo xx).
Para Kant, el ‘ser ilustrado’ sólo requiere el uso del raciocinio y de la libertad de hacer uso público de la razón sin restricciones. Uno de los móviles del pensamiento ético de Kant fue posiblemente la controversia entre la PREDESTINACIÓN y la VOLUNTAD LIBRE DEL HOMBRE (libre albedrío), lo que llamará buena voluntad-, derivada de la polémica entre Lutero, Calvino [1] y la Iglesia católica, que comenzó en el siglo XVI y duró hasta el siglo XVIII. Kant postulará la libertad como necesaria y como característica propia del ser racional. Pues será esta facultad la que podrá generar una buena voluntad para dotar de valor moral a la vida del hombre.

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[1] LUTERO defendía que la salvación del hombre no dependía del mérito de sus acciones o de lo virtuosa que fuera su vida, sino del don incondicional de la gracia divina, puesto que el hombre, radicalmente pecador, no podía contribuir con su esfuerzo a su salvación. Lo único que podía hacer era responder a la iniciativa divina de salvación mediante la fe. Aunque Lutero fue criticado por no dotar de importancia a las buenas obras, él respondía que éstas eran la consecuencia natural de la fe y que, por tanto, la fe era lo importante. Del luteranismo surgiría el pietismo. CALVINO, por su parte, creía en la predestinación, esto es, en que Dios había elegido a algunas personas a las que salvaría, mientras que otras estarían ya destinadas a la condenación eterna. Dios era, por tanto, un soberano absoluto que decidía el destino del hombre, que no era libre. Un indicio que podía tener el hombre de que había sido elegido por Dios era la buena marcha que podían llevar sus negocios, lo cual originó un ambiente muy favorecedor para el desarrollo del comercio y para la implantación del capitalismo, con la consecuente caída del régimen feudal.
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I. CUESTIONES PREVIAS DE FILOSOFÍA KANTIANA:


La principal cuestión kantiana es buscar respuesta a la pregunta: ¿Qué es el ser humano? Esta pregunta se desglosa en otras tres:

¿Qué puedo saber? La pregunta epistemológica. [USO TEÓRICO DE LA RAZÓN.]
¿Qué debo hacer? La pregunta ética. [USO PRÁCTICO DE LA RAZÓN.]
¿Qué me cabe esperar? La pregunta teológica. [LOS POSTULADOS FILOSÓFICOS].

II. EPISTEMOLOGÍA: USO TEÓRICO DE LA RAZÓN.

La filosofía kantiana se dirige al sentido del conocimiento, ¿POR QUÉ CONOCER? ¿POR QUÉ TENEMOS TAL NECESIDAD DE SEGURIDAD (Ciencia)?, y la respuesta a estas preguntas será el punto de partida del entramado filosófico kantiano: “NECESITAMOS CONOCER PARA OBRAR” Tras esta cuestión, la lógica lleva a preguntarse ¿QUÉ ESPERA EL SER HUMANO OBTENER SEGÚN SU MEDIDA Y MANERA DE OBRAR? Lo cual desemboca en la pregunta clave ¿QUÉ ES EL SER HUMANO?


Kant se encuentra con que la Matemática y la Física son saberes en progreso que extienden nuestro conocimiento y son a priori. A la metafísica no le ocurre lo mismo, se mueve por puros conceptos y no llega a alcanzar el valor de necesario y universal, aunque hay una disposición natural del hombre a hacerse preguntas que están más allá de sus posibilidades de conocimiento, tales como Dios, la libertad y la inmortalidad del alma. Las deficiencias que caracterizan a la metafísica son que, en tanto que la Ciencia progresa, la metafísica sigue estancada con los mismos asuntos y que los científicos llegan a acuerdos en sus teorías y conclusiones, todo lo contrario que los metafísicos. Por ello, lo que hay que plantearse si la metafísica es posible como Ciencia, si puede ser construida como las Ciencias matemáticas o físicas. Para ello hay establecer un tribunal al cual se encomiende a la propia razón pura, esto es, que se juzgue a sí misma para dictaminar HASTA DÓNDE SE PUEDE CONOCER.



Comenzando por la cuestión de cómo es posible la Ciencia y conociendo las condiciones que establecen qué es la Ciencia, podremos saber si la metafísica se adecúa o no a ellas.

Como decimos, la Ciencia se articula mediante juicios sintéticos a priori. Hume sostuvo que con respecto al conocimiento no podemos ir más allá de las sensaciones, pero si esto era así la Ciencia carecía de todo fundamento incluso la ciencia de Newton (ya que no se puede admitir ningún conocimiento causal), además según Hume no se puede admitir el conocimiento universal y necesario en la experiencia, más allá del propio mecanismo humano inferencial. Kant supone que las que las condiciones de necesidad y universalidad son necesarias para un verdadero conocimiento y han de ser un elemento a priori del mismo. Kant cree que para entender la experiencia (conocimiento a posteriori) es necesario tener conocimientos que no provengan de la experiencia (conocimiento a priori). Recordemos que:


A PRIORI: conocimiento independiente a toda experiencia, es universal y necesario, es previo a la experiencia, pertenecen a la estructura del sujeto.

A POSTERIORI: conocimiento que se obtiene por medio de la experiencia, es particular y se percibe sensitivamente.


Tendremos juicios a priori o a posteriori, según en la medida que sea posible conocer la verdad del asunto propuesto como meta de conocimiento.
La Ciencia es un conjunto de juicios que se unen entre sí para formar argumentos y Kant se pregunta por las condiciones que hacen posible los juicios de la Ciencia, para ello distingue entre dos tipos de juicios:


JUICIOS ANALÍTICOS; el predicado está contenido en el sujeto.

JUICIOS SINTÉTICOS; el predicado no está contenido en el sujeto.


LOS JUICIOS ANALÍTICOS no amplían conocimiento, son a priori; por lo que no provienen de la experiencia. LOS SINTÉTICOS amplían conocimiento y pueden ser a priori y a posteriori. Esta clasificación está realizada atendiendo a si el predicado está incluido o no en el predicado.


Kant admite que son posibles los juicios sintéticos a priori, que además de ofrecernos información son universales y necesarios. Ahora bien, se preguntará nuestro pensador, ¿cómo son posibles los juicios sintéticos a priori? Como respuesta a esta cuestión, Kant distingue tres facultades del conocimiento, sensibilidad, entendimiento y razón.


ESTÉTICA TRASCENDENTAL: crítica de la sensibilidad: experiencia sensible.

ANALÍTICA TRASCENDENTAL: critica del entendimiento: capacidad de juzgar.

DIALÉCTICA TRASCENDENTAL: crítica de la razón: facultad de razonar.


Estas tres partes se corresponden con tres tipos de conocimiento, el matemático, el físico y el metafísico.

 

LA ESTÉTICA TRANSCENDENTAL es el primer nivel de conocimiento de la sensibilidad, gracias al dato empírico de las sensaciones. Demuestra cuáles son las condiciones que hacen posible que en las Matemáticas existan los juicios sintéticos a priori; pues dos de estas condiciones principales, son el espacio y el tiempo, formas a priori de la sensibilidad e intuiciones puras, ya que todo lo percibido se da en un espacio y en un tiempo. Decimos que son intuiciones porque son únicos sólo hay un espacio y un tiempo (ya que los conceptos pueden ser aplicados de modo universal). Relaciona las Matemáticas con este punto porque las Matemáticas son, por excelencia, la Ciencia enmarcada en las variantes de espacio/tiempo, formulando sobre ellos juicios sintéticos a priori: en geometría las propiedades del espacio a priori y en la aritmética tanto las del espacio como las del tiempo. Las Matemáticas pueden formular juicios sintéticos a priori porque el espacio y el tiempo son intuiciones puras a priori.

LA ANALÍTICA TRANSCENDENTAL. En el proceso cognoscitivo además de la sensibilidad está el entendimiento, intuiciones empíricas, las que mostrarán las condiciones que hacen posible que haya juicios sintéticos a priori en la Física. Si ‘percibir’ es la función de la sensibilidad ‘comprender lo percibido’ lo será del entendimiento. Definimos ENTENDIMIENTO como la ‘facultad consistente en la actividad de juzgar o razonar, para correlacionar una intuición con un concepto’; es decir, el entendimiento responde a la facultad de referir la multiplicidad de las sensaciones a un concepto. La unión entre las sensaciones y el concepto está determinada por unas funciones a priori denominadas CATEGORÍAS, que Kant define como condiciones para pensar algo como objeto Kant dirá:



Las intuiciones sin conceptos son ciegas, los conceptos sin intuiciones son vacíos”.



El entendimiento es el encargado de unificar las intuiciones dadas en la experiencia; pues la experiencia como orden de la regularidad de los fenómenos, ha de implicar unas reglas que no son tomadas de la experiencia, sino por el propio entendimiento. [Esto es, lo que Locke y Hume, en su crítica del Principio de causalidad, llamaron INFERENCIA.]

[Los principios fundamentales en que se basa la Física son, según Kant, los juicios sintéticos a priori, veamos un ejemplo: el principio de causalidad está basado en la categoría de causa, la categoría de causa es un concepto puro que no procede de la experiencia, sino que es previo a ésta a la cual se aplica. ]


Las categorías no son aplicables más allá de la experiencia, de lo dado en el espacio y el tiempo. El fenómeno es lo que se nos da, lo que se nos aparece, lo dado en el espacio y el tiempo. Lo que parece suponer que haya algo que no se nos dé a nivel de percepción. El objeto que percibimos es el fenómeno, lo que no podemos conocer de ese objeto, Kant, lo denomina la cosa en sí o NOÚMENO. [2]


Las categorías serían la estructura del sujeto que comprende todo su bagaje empírico, las categorías no surgen de la experiencia, sino del entendimiento, cuyos juicios proceden de las categorías. En este punto, nos encontramos con la DEDUCCIÓN TRASCENDENTAL kantiana, término que hace referencia a uno de los mayores descubrimientos de la cultura occidental: no son las categorías regidas por los objetos; sino los objetos regidos por las categorías. Así pues, hay un papel muy activo del sujeto en la naturaleza sensible, ya que la razón descubre lo que ella misma produce. Por este motivo, la Física se convierte en Ciencia, en tanto que si sólo estuviese compuesta de proposiciones particulares, nunca se podría derivar de ello una ciencia. Las categorías dan la solidez universal y necesaria).
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[2] Según la RAE, NOÚMENO o ‘la cosa en sí’ se define como: En la filosofía de Immanuel Kant, aquello que es objeto del conocimiento racional puro en oposición al fenómeno, objeto del conocimiento sensible. [¡Ojo! Relacionar con la ‘noesis’ platónica]
Pero aún vamos más lejos; algo es ‘objeto‘ porque se enfrenta a una conciencia que actúa como ‘sujeto’; nada es objeto si antes no es conocido. De la misma manera, cuando se trata de la posibilidad de que algo exista como objeto de experiencia hay que presuponer una conciencia que ha de ser anterior al objeto, a esta conciencia la llama Kant “YO TRASCENDENTAL”.
Nada es objeto conocido, sin la conciencia que percibiéndolo unifica el conjunto diversificado de su color, sabor, forma, peso, etc. De la misma manera cuando se trata, no del conocimiento empírico de algo, sino de la mera posibilidad de que algo exista como objeto de experiencia, hay que presuponer una conciencia que sea razón y origen de la unidad y de la síntesis. A esta conciencia dotada de la experiencia lógica de conocerlo todo se la denomina YO TRASCENDENTAL.
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DIALÉCTICA TRASCENDENTAL estudia la razón y se ocupa del problema de la validez científica de la metafísica. Kant piensa que la metafísica no es posible como Ciencia, puesto que los juicios sintéticos a priori están asentados en la experiencia y la metafísica -que trata de temas como, el alma, el mundo y Dios- están más allá de la experiencia; por lo que no son, pues, objetos de conocimiento, sino ideas de razón. LAS CATEGORÍAS sólo pueden usarse en su aplicación a los fenómenos dados por la experiencia. La razón no puede conocer fuera de la experiencia. En cambio, LAS IDEAS no tienen valor constitutivo de objetos al no contar con datos empíricos. Por lo que se trata de conocimientos vacíos, aunque la razón teórica tenga una tendencia a buscar lo incondicionado, de ahí que tienda a extender su conocimiento más allá de la experiencia. LA IDEA DE ‘ALMA’ O ‘YO’ sirve para orientar la investigación psicológica y unificar la variedad de los fenómenos psíquicos. Lo mismo ocurre con LA IDEA DE ‘MUNDO’ cuya utilidad es relacionar los distintos fenómenos naturales en una totalidad. Por último, LA IDEA DE ‘DIOS’ aparece como un ideal de perfección inteligible que se manifiesta en la naturaleza e invita a su progresivo descubrimiento. [¡Ojo! Relacionar los tres tipos de ‘idea’ en Kant con la teoría cartesiana sobre las tres substancias ‘res cogitans’, ‘res extensa’ y ‘res infinita’. Establecer una relación con el hilemorfismo aristotélico.]

III. CUESTIÓN ANTROPOLÓGICA. MORAL Y ÉTICA: USO PRÁCTICO DE LA RAZÓN [3].

En la tradición filosófica y cultural de Occidente, la ciencia ética y los contenidos morales se habían fundamentado sometidos a las leyes de la naturaleza con exigencias causales y rigurosas donde poco tenía que hacer la libertad de raciocinio; así, cuando Kant niega la posibilidad de demostración científica
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[3]. La Crítica de la razón práctica (Kritik der praktischen Vernunft) es la segunda de las tres obras llamadas "críticas" de Immanuel Kant, publicada en 1788. Trata sobre el tema antropológico de la moral, y continúa en la línea de la Crítica de la razón pura, cuyos argumentos están, en su mayoría, expresados más extensamente en sus Principios fundamentales del conocimiento metafísico. La Crítica de la razón práctica ejerció una enorme influencia en el desarrollo posterior occidental en el ámbito de la filosofía ética y moral.
de la existencia de DIOS, del LIBRE ALBEDRÍO COMO DOTACIÓN DIVINA -postulado defendido por la Escolástica, heredado por coetáneos a Kant como Rousseau- y del ALMA INMORTAL, de alguna manera, está destruyendo los fundamentos de la moral como norma social general, pero nunca de la ética como conciencia autónoma del ser humano. Así, Kant no evade de la tradición, sino todo lo contrario: acaba con ella. Para Kant, ya es hora de que sea la propia conciencia del sujeto la que juzgue la bondad o maldad de una acción.
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Kant considera que la única cosa que merece absolutamente la denominación de “bueno” es la buena voluntad. Ésta no se define precisamente como la simple intención de obrar bien, sino como un querer puesto en práctica, como voluntad misma en cuanto capaz de actuar determinada por la razón. Si el fin o teleología de la vida humana hubiera sido la obtención de la Felicidad, nada más inapropiado que la razón para conseguirla porque el instinto hubiese cometido mejor ese fin. [¡Ojo! contraponer este pensamiento con el platónico, el aristotélico y el escolástico.].

La voluntad y la razón no tienen como misión alcanzar la felicidad, sino la dignidad. La voluntad será buena cuando lleve a una acción hecha por deber. No es buena o mala por el fin que pretende, sino por el fin que lo mueve es en sí mismo porque quiere que lo que hace sea conforme al deber, cosa que consigue cuando actúa por respeto a la ley moral. Y este deber se funda en la propia naturaleza humana. Sólo de este modo es posible establecer la retroalimentación entre ‘moral’ -como código normativo social- y ‘ética’ –como código autónomo- Kant, asertará que


El obrar por deber moral ha de caber dentro del código ético de todos los hombres racionales, por lo que se puede universalizar y debe prevalecer de un modo necesario (así tenemos la universalidad y la necesidad), ha de tener, por tanto un fundamento a priori en la misma razón.


El único concepto de ‘deber’ que puede basarse en la razón es el que se presenta bajo la forma de IMPERATIVO. Así, Kant, establecerá dos tipos de imperativos, LOS IMPERATIVOS HIPOTÉTICOS y LOS IMPERATIVOS CATEGÓRICOS. Los primeros son mandatos que persiguen medios para fines posteriores, (si quiero tal fin, he de poner en práctica los medios adecuados). En tanto que, los segundos son mandatos que se refieren a las acciones con fines en sí mismas, obligan incondicionalmente y prescriben la moralidad a modo de juicios sintéticos a priori, [se aclara que son ‘a priori’ porque no dependen ni de la experiencia ni de las propias intenciones y ‘sintéticos’ porque representan algo más que la misma voluntad, la acción. No porque algo sea bueno se impone a la voluntad, sino porque la voluntad se impone algo a sí misma, esto que se impone es necesariamente bueno. ].
La formulación del imperativo categórico sería la siguiente:

Obra sólo según aquella máxima que puedes querer que se convierta, al mismo tiempo en ley universal


Siendo la máxima el principio según el cual se obra, es un principio subjetivo de la acción. De este modo, la ley es el principio según cada uno debe obrar, que se convierte en principio objetivo y universal. [Confluencia de moral y ética] El imperativo categórico dice que la máxima ha de convertirse en ley para ser calificada como buena y ser universalizable. Esta formulación del deber excluye cualquier finalidad condicionada de la voluntad particular. La conclusión que se deduce es que la pauta universal del ser humano es y debe ser buscar la BONDAD como finalidad absoluta. Kant establece que sólo el ser racional es fin en sí mismo, por lo que deberemos comportarnos con los demás sujetos y con toda la humanidad como fines en sí mismos y nunca como medios.
Si la voluntad se determina a sí misma, si se es verdaderamente libre, puede decidirse a obrar por un principio formal. La voluntad es libre si no se determina por algo que pertenece al mundo fenoménico. Por ello, distinguiremos entre LAS DOS CATEGORÍAS MORALES MÁS IMPORTANTES: EL BIEN Y EL MAL. Algo es ‘bueno’ o ‘malo’ no porque es percibido como moralmente obligatorio, sino debido que la voluntad se lo impone tras percibir cuál es su deber moral teniendo en cuenta el imperativo categórico. Propiamente BIEN y MAL son conceptos a priori, pero que no se aplican a objetos conocidos (como pasa con las categorías del entendimiento), sino que son efectos de una única categoría práctica, LA CAUSALIDAD LIBRE, la libertad, que hace que las acciones humanas sean, por determinación, buenas o malas.


El que un ser racional tenga el fin en sí mismo fundamenta la idea de autonomía moral (la voluntad posee en sí misma la voluntad de obrar, si la busca fuera de ella se produce la heteronomía). La autonomía es la condición intrínseca de la Libertad y, por ello, de la moralidad, es la facultad que tiene la voluntad de autodeterminarse. Pues no se actúa moralmente, sino en conformidad con uno mismo, esto es, se actúa éticamente. El hecho de tener como IMPERATIVO CATEGÓRICO (o modo de obrar) el respeto a la misma humanidad como fin en sí misma nos constituye a la vez como legisladores universales, por eso la moralidad puede llamarse también reino de los fines, es decir, una sociedad sometida a las mismas leyes de fines. Una sociedad en la que sus miembros son soberanos legisladores y autónomos que se dan las leyes a sí mismos. Así, el postulado kantiano desemboca en la afirmación de que es necesario actuar de acuerdo con el IMPERATIVO CATEGÓRICO, que no es más que una forma de querer, una forma sin contenido moral concreto, que sin embargo, ha de confluir con la moral universal.


Para Kant, existen TRES POSIBLES ‘ACTITUDES DE LA VOLUNTAD HUMANA’:



-LA MALA: que no tiene en cuenta la ley autonómica de la ética.
-LA LEGAL: obra conforme a la ley ética, pero por respeto, no por otros motivos e inclinaciones.

-LA BUENA: actúa de acuerdo con la ley ética por deber, y ese ‘por deber’ es lo que constituye la voluntad moralmente buena.

LA FILOSOFÍA NECESITA INCORPORAR EL SABER DELA HISTORIA:


Después de dar respuesta a lo que debe ser la moralidad, Kant se pregunta por el destino del hombre. Para Kant, LA MORALIDAD presuponía LA INMORTALIDAD DEL ALMA, pero añadirá que también presupone HISTORIA con mayúscula, ya que ambas se fundamentan en la lucha por la Libertad. Kant considera que el individuo ha de desarrollarse o perfeccionarse moralmente y, para ello, toma en cuenta la convivencia en sociedad. La finalidad de la humanidad ha de darse únicamente en una constitución perfecta, en un Estado de ciudadanía mundial donde sea posible el desarrollo pleno de todas las capacidades humanas. Por mucha discordia, oposición o luchas que existan, a la humanidad no le queda más que construir lazos sociales con la que pueda superar la tendencia a la discordia, armonizando libertad y coerción. Del esfuerzo constante por superar la tensión que genera la insociable sociabilidad nace la «Libertad bajo leyes», única forma posible de libertad social, y también la cultura, el arte y el «más bello orden social», en donde la Sociedad se convierta en un «todo moral» y el mundo en un Estado en el que puedan desarrollarse todas las disposiciones naturales del hombre.


IV. LA CUESTIÓN TEOLÓGICA Y LOS POSTULADOS DE LA RAZÓN PRÁCTICA:


-OBJETO DE LOS POSTULADOS KANTIANOS: LIBERTAD, INMORTALIDAD Y DIOS.

 Como postulado entendemos la proposición evidente y no demostrable que hay que admitir si queremos explicar un hecho, en este caso el de la moralidad.

La exigencia moral de obrar por respeto al deber supone abarcar la Libertad; ya que podríamos elegir dejarnos llevar por nuestros deseos.


La inmortalidad del alma: pues la perfección es una tarea infinita, no se puede realizar en un tiempo finito, la perfección es la adecuación completa del alma con la ley moral.

La existencia de Dios: que viene a representar la concordancia entre moralidad y felicidad como bien supremo; así, en esta idea confluirían el modelo absoluto de perfección y causa la adecuada de Felicidad humana. No está en nuestras manos conseguir alcanzar la felicidad, sino merecerla y la única garantía de que la virtud alcance la felicidad merecida, está en la presuposición del supremo bien independiente, esto es la existencia de Dios.  

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