Mito o alegoría del auriga ( o carro Alado)
"El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos" Platón |
Alegoría que utiliza Platón para describir las partes del alma y el afán humano por el conocimiento y el ser.
En el diálogo “Fedro” Platón trata la cuestión del la esencia y partes del alma. Comienza señalando que parece más adecuada, dada la dificultad del tema, la exposición alegórica que la investigación racional e inmediatamente nos presenta el mito del carro alado. Veamos un resumen literal del mismo: el alma es como una fuerza natural que mantienen unidos un carro y su auriga, sostenidos por alas. Los caballos y los aurigas delos dioses son todos ellos buenos; los de los hombres no. En nuestro caso, el auriga guía una pareja de caballos, uno hermoso y bueno, otro feo y malo, por lo que para nosotros la conducción resultará dura y difícil.
El alma tiene como tarea el cuidado de lo que es inanimado y recorre todo el cielo. Cuando es perfecta vuela por las alturas y administra todo el mundo; en cambio la que ha perdido las alas es arrastrada hasta que se apodera de algo sólido donde se establece tomando un cuerpo terrestre. A causa de la fuerza del alma, este cuerpo parece moverse a sí mismo y ambos ―cuerpo y alma― reciben el nombre de ser viviente.
La fuerza del ala consiste en llevar hacia arriba lo pesado, elevándose hacia el lugar en donde habitan los dioses. Lo divino es hermoso, sabio y bueno y esto es lo que más alimenta y hace crecer las alas; en cambio lo vergonzoso, lo malo y todas las demás cosas contrarias a aquellas las consume y las hace perecer. Dirigidas por Zeus, las almas de los dioses y las delos hombres marchan por el cielo ordenando y cuidando todo. Después de realizar su tarea van a buscar su alimento hacia el mundo supra celeste, hacia la realidad que se encuentra más allá de la bóveda del cielo. En ese lugar se halla la Justicia, la esencia cuyo ser es realmente ser, el ser incoloro, intangible, cuya esencia es sólo vista por el entendimiento, piloto del alma, y alrededor dela que crece el verdadero Saber, pero no la ciencia de lo que nace y muere, de lo relativo, sino la ciencia de lo que es verdaderamente-ser.
Las almas de los dioses, dado que son conducidas por dos caballos buenos y dóciles, ascienden sin problemas. La mente de los dioses se nutre de un saber y entender puro por lo que al ver lo que allí se encuentra, se alimenta, se llena de contento y descansa hasta que el movimiento, en su ronda, la vuelve a su sitio. Las almas de los hombres suben con dificultad pues el caballo que tiene mala constitución es pesado e inclina y fatiga al auriga que no lo ha alimentado convenientemente. Así se encuentra el alma con su dura y fatigosa prueba.
De las almas humanas, la que mejor ha seguido al dios y más sele parece consigue ver algo, otras no pueden alcanzar la visión del ser, por lo que les queda la opinión por alimento, “el porqué de todo este empeño por divisar dónde está la llanura de la Verdad, se debe a que el pasto adecuado para la mejor parte del alma es el que viene del prado que allí hay, y el que la naturaleza del ala, que hace ligera al alma, de él se nutre.” Las almas que no han podido vislumbrar nada de lo que allí se encuentra se van gravitando llenas de olvido y dejadez, pierden las alas y caen a tierra.
El alma tiene como tarea el cuidado de lo que es inanimado y recorre todo el cielo. Cuando es perfecta vuela por las alturas y administra todo el mundo; en cambio la que ha perdido las alas es arrastrada hasta que se apodera de algo sólido donde se establece tomando un cuerpo terrestre. A causa de la fuerza del alma, este cuerpo parece moverse a sí mismo y ambos ―cuerpo y alma― reciben el nombre de ser viviente.
La fuerza del ala consiste en llevar hacia arriba lo pesado, elevándose hacia el lugar en donde habitan los dioses. Lo divino es hermoso, sabio y bueno y esto es lo que más alimenta y hace crecer las alas; en cambio lo vergonzoso, lo malo y todas las demás cosas contrarias a aquellas las consume y las hace perecer. Dirigidas por Zeus, las almas de los dioses y las delos hombres marchan por el cielo ordenando y cuidando todo. Después de realizar su tarea van a buscar su alimento hacia el mundo supra celeste, hacia la realidad que se encuentra más allá de la bóveda del cielo. En ese lugar se halla la Justicia, la esencia cuyo ser es realmente ser, el ser incoloro, intangible, cuya esencia es sólo vista por el entendimiento, piloto del alma, y alrededor dela que crece el verdadero Saber, pero no la ciencia de lo que nace y muere, de lo relativo, sino la ciencia de lo que es verdaderamente-ser.
Las almas de los dioses, dado que son conducidas por dos caballos buenos y dóciles, ascienden sin problemas. La mente de los dioses se nutre de un saber y entender puro por lo que al ver lo que allí se encuentra, se alimenta, se llena de contento y descansa hasta que el movimiento, en su ronda, la vuelve a su sitio. Las almas de los hombres suben con dificultad pues el caballo que tiene mala constitución es pesado e inclina y fatiga al auriga que no lo ha alimentado convenientemente. Así se encuentra el alma con su dura y fatigosa prueba.
De las almas humanas, la que mejor ha seguido al dios y más sele parece consigue ver algo, otras no pueden alcanzar la visión del ser, por lo que les queda la opinión por alimento, “el porqué de todo este empeño por divisar dónde está la llanura de la Verdad, se debe a que el pasto adecuado para la mejor parte del alma es el que viene del prado que allí hay, y el que la naturaleza del ala, que hace ligera al alma, de él se nutre.” Las almas que no han podido vislumbrar nada de lo que allí se encuentra se van gravitando llenas de olvido y dejadez, pierden las alas y caen a tierra.
2. Con texto político, social cultural y filosófica de Platón:
En contexto social y cultural de Platón, es el siguiente: Platón nació en Atenas en el año 427 a. C. Perteneció a una familia aristocrática, durante toda su vida pretenderá crear una ciudad rica moral espiritualmente hablando, vertebrada por la idea de Justicia; lo cual se lograría mediante la educación, el esfuerzo y el trabajo de todos los ciudadanos. Atenas vive tiempos de inseguridad e incertidumbre, pero deja patente una gran creatividad cultural -pues de ello nos ha quedado huella-, destacaba ya, en edad tan temprana, en artes como la arquitectura o la escultura y es la época también de los grandes autores de la tragedia griega: Esquilo, Sófocles, y Eurípides. Esta época de esplendor empieza a mermar en el 430 a.C, justo antes de que naciera Platón, y va en declive hacia una época decadente.
En cuanto al estado económica de Atenas, la mayoría de los atenienses eran comerciantes; por tanto al ejercer su trabajo estaban en contacto con otras culturas, gracias al comercio se hizo indispensable el uso de la moneda.
En el 404 a.C, Atenas se rinde ante Esparta imponiéndose así el ‘Gobierno de los 30 tiranos’, tras éste, aparece un gobierno democrático y se da el juicio y condena de algunos de los anteriores miembros del anterior gobierno, como por ejemplo Sócrates.
Platón, como es lógico, lucha sin conseguir que no se mate a su maestro, Sócrates; tras la muerte de éste, Platón viaja desengañado y pesimista a Italia, donde entra en contacto inmediato con la escuela pitagórica en auge. Este contacto le contagia de nuevo las ganas de luchar por lo que Platón considera que es justo y volverá a Atenas con la aspiración, que ya nunca abandonará, de establecer un nuevo modelo de gobierno donde gobierne el mejor, el más dotado, el más sabio, que no será otro que el filósofo [postulado metafóricamente en el mito del auriga]. Pues el filósofo conoce bien el mundo de las ideas, es decir, la perfección.
El contexto filosófico, que se mezcla con el político, está marcado por la presencia de los sofistas, que dominaban el arte de la palabra, la Retórica. Estos estaban más preocupados por vencer al adversario con el uso de la palabra que por la verdad de lo que comunicaban. Platón tratará de superar esta falta de amor por el saber, luchará contra el escepticismo y el relativismo de los sofistas considerando que es la verdad lo que mide la calidad de un argumento y afirmando no sólo la existencia de la verdad, sino también la posibilidad de su conocimiento.
En cuanto al contexto político, el principal exponente de la democracia ateniense fue Pericles, el cual desde el 461 a .C. hasta su muerte en el 429 a .C. dominó la política ateniense. Este período representa el punto culminante del Imperio Ateniense, de la democracia ateniense y del esplendor artístico y cultural de Atenas. “Democracia” significa gobierno del pueblo. Y en Atenas esto se tomaba al pie de la letra. La facultad popular de gobierno no se delegaba en unos representantes elegidos. Era el pueblo entero el que, directamente, ejercía el poder y gobernaba. Y la principal institución del estado era la Asamblea Popular, integrada por el pueblo entero; pero la asamblea no era la representación de todos los habitantes atenienses, sino sólo de los “ciudadanos”. Sin embargo, esta democracia era un tanto distinta de lo que hoy entendemos por tal. En efecto, de los quinientos mil habitantes que llegó a tener Atenas en el siglo V a.C., aproximadamente trescientos mil eran esclavos, que no poseían ningún derecho, y cincuenta mil metecos, extranjeros, que carecían de derechos civiles. Si del resto no tenemos en cuenta a las mujeres, que no eran consideradas como ciudadanos, ni a los niños, que tampoco lo eran de hecho, resulta que el número de “auténticos ciudadanos” era de cincuenta mil, es decir, sólo de alrededor de un diez por ciento de la población.
La asamblea era soberana, su poder era total y absoluto, no sometido a ningún tipo de limitación. Cada reunión de la asamblea era un mitin y el que mejor hablaba o más divertía o impresionaba a la audiencia, el que lograba apasionarla, dominaba la situación política. Era, por tanto, muy importante tener una gran capacidad oratoria, una gran capacidad de convicción. Fue en este contexto en el que apareció la sofística como una filosofía que lo relativizaba todo, sometiéndolo al poder de la palabra y al poder de convicción. La verdad, lo verdadero, ya no estaba en un mundo ideal independiente de nosotros, sino que era ‘verdadera’ era aquella opinión que vencía en una disputa dialéctica. En contraposición a esta filosofía surgió Sócrates y posteriormente su discípulo, Platón, para los cuales había verdades ciertas, tanto en ética como en política, verdades que eran independientes de la mera convención o de la mera conveniencia como ocurría con los sofistas.
3. El orden político
La justicia será el ordenamiento adecuado de estas tres partes del alma; tal ordenamiento tendría lugar cuando cada parte del alma ejerza la función que le es propia.
Platón es, ante todo, un pensador político, su obra más importante es La República, que está dedicada a diseñar un sistema político ideal. Según Platón, el Estado posee la misma estructura tripartita que el alma [el mito del auriga es una parábola de la sociedad de la polis] Tres son las clases sociales que comportan un Estado:
Productores: Dedicados a la actividad económica, a la producción de bienes o al comercio.
Guardianes, auxiliares o soldados: Dedicados a la defensa y salvaguardia del orden a través de tareas militares.
Gobernadores: Dedicados al gobierno y gestión de la polis. (serían el equivalente ‘al auriga’).
Según esto, cada individuo y cada grupo social ha de dedicarse a la tarea que le es propia y, de este modo, el Estado cumplirá con el ideal de Justicio, será justo, sólo si cada uno desempeña el papel que le corresponde.
Las virtudes propias de los gobernantes de un estado son la prudencia y la sabiduría; las delas de los guardianes, la fortaleza y las de los productores la moderación o templanza. El cumplimiento de esto llevaría a un Estado utópico e ideal que denomina ‘el gobierno de los sabios’.
La utopía platónica comporta otras medidas; Platón proclama la absoluta igualdad entre hombres y mujeres, éstas serán educadas y entrenadas del mismo modo que los hombres (esto cambiará en época de Aristóteles, como ya veremos).
En su última obra, Las Leyes, Platón llega a la conclusión de que este sistema es verdaderamente utópico puesto que es difícil encontrar gobernantes que sean verdaderos sabios, de modo que este gobierno fue sustituido por otro en el que se da un sometimiento estricto de los gobernantes a las leyes: ordenamiento jurídico.
Estructura de la polis | Gobernantes o filósofos reyes | Guardianes o auxiliares | Artesanos o productores | |||
Función de los estamentos sociales | Gobierno del estado | Defensa contra los enemigos interiores y exteriores | Producción de los bienes necesarios | |||
Virtud de vada estamento social | sabiduría o prudencia | Valor o coraje | Moderación | |||
La armonía de los estamentos sociales tiene como resultado: Justicia en la ciudad | ||||||
Partes del alma | Racional | Irascible | Concupiscible | |||
Función de cada parte del alma | Conocimiento | Voluntad | Deseo | |||
Virtudes morales | sabiduría o prudencia | Valor o coraje | Moderación | |||
La armonía de las partes del alma tiene como resultado: Justicia en el hombre | ||||||
Tipos de gobierno | Aristocracia [En ciertas épocas, ejercicio del poder político por una clase privilegiada, generalmente hereditaria] | Timocracia [Gobierno en que ejercen el poder los ciudadanos que tienen cierta renta] | Oligarquía [ Gobierno de pocos, PERTENECIENTES A LA MISMA CLASE SOCIAL] democracia [Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado] Tiranía [ Gobierno DE imposición en grado extraordinario ejercido por un tirano] |
Te quedó bien pinche chingón. :)
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