Santo Tomás y el problema teológico
Si Dios existe…
Dificultad a salvar: Parece que Dios no existe.
[“El mal no se corresponde con Dios” Sto. Tomás de Aquino.]
1. Si de dos contrarios suponemos que uno sea infinito, éste anula totalmente al opuesto. Ahora bien, el nombre Dios, significa , precisamente, un bien infinito. Si, pues, hubiese Dios, no habría mal alguno. Pero hallamos que en el mundo hay mal. Luego Dios no existe.
[La naturaleza resuelve sin necesidad de Dios.]
2. Lo que puedan realizar pocos principios no lo hacen muchos. Pues, en el supuesto de que Dios no exista, pueden otros principios realizar cuanto vemos en el mundo. Pues las cosas naturales se reducen a sus principios, que es la naturaleza, y las libres, al suyo, que es el entendimiento y la voluntad humana. Por consiguiente, no hay necesidad de recurrir a que haya Dios.
[“Soy = Existo”]
Por otra parte, en el libro del Éxodo, Dios dice de sí mismo: “Yo soy el que soy.” [Argumento de autoridad de Sto. Tomás]
Cinco vías para demostrar la existencia de Dios
Respuesta: La existencia de Dios se puede demostrar por cinco vías:
[Primera via: El movimiento en el mundo exie un primer motor]
La primera y más clara se funda en el movimiento. Es innegable, y consta por el testimonio de los sentidos, que en el mundo hay cosas que se mueven. Pues bien, todo lo que se mueve es movido por otro, ya que nada se mueve más que en cuanto está en potencia respecto a aquello para lo que se mueve. En cambio, mover requiere estar en acto, ya que mover no es otra cosa que hacer pasar algo de la potencia al acto, y esto no puede hacer lo más que lo que está en acto, a la manera como lo caliente en acto, El fuego hace que un leño, que está caliente en potencia, pase a estar caliente en acto. Ahora bien, no es posible que una misma cosa esté, a la vez, en acto y en potencia respecto a lo mismo, sino respecto a cosas diversas. Lo que es caliente en acto, no puede ser caliente en potencia, sino que en potencia es, a la vez frío. Es, pues, imposible que una cosa sea por lo mismo y de la misma manera motor y móvil, como también o es que se misma a sí misma. Por consiguiente, todo lo que mueve es movido por otro. Pero, si lo que mueve a otro es, a su vez movido, es necesario que lo mueva un tercero, y a éste, otro. Más no se puede seguir indefinidamente, porque as, no habría un primer motor y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que reciben del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano. Por consiguiente, hay que llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por Dios.
[Segunda via: La causalidad en el mundo exigge una causa primera]
La segunda vía se basa en la causalidad eficiente. Hallamos que en este mundo de lo sensible hay un orden determinado entre las causas eficientes; pero no hallamos que cosa alguna sea su propia causa, pues en tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible. Ahora bien, tampoco se puede prolongar indefinidamente la serie de las causas eficientes, porque siempre hay causas eficientes subordinadas. La primera es causa de la intermedia, sea una o muchas y ésta causa de la última. Y puesto que, suprimida una cosa se suprime su efecto, si no existiese una que sea la primera, tampoco existiría la intermedia ni la última. Si, pues, se prolongase indefinidamente la serie de causas eficientes, no habría causa eficiente primera y, por tanto, ni efecto último ni causa eficiente intermedia, cosa falsa a todas luces. Por consiguiente, es necesario que exista una causa eficiente primera, a la que todos llaman: Dios.
[Tercera via: La contingencia de los seres reclama un ser necesario]
La tercera vía considera el ser posible y contingente y el necesario. Puede formularse así: Hallamos en la naturaleza cosas que pueden existir o no existir, pues vemos seres que se producen y seres que se destruyen y, por tanto, hay posibilidad de que existan y de que no existan. Ahora bien, es imposible que los seres de tal condición hayan existido siempre, ya que lo que tiene posibilidad de no ser hubo un tiempo e que no fue. Si, pues, todas las cosas tienen la posibilidad de no ser, hubo un tiempo en que ninguna existía. Pero si, esto es verdad, tampoco debiera existir ahora cosa alguna, porque lo que no existe no empieza a existir más que en virtud de lo que ya existe y, por tanto, si nada existía, fue imposible que empezase a existir cosa alguna, y, en consecuencia, ahora no habría nada, cosa evidentemente falsa. Por consiguiente, no todos los seres son posibles o contingentes, sino que entre ellos, forzosamente, ha de haber alguno que sea necesario. Pero el ser es necesario o tiene la razón de su necesidad en sí mismo, o no la tiene. Si tu necesidad depende otro, como no es posible, según hemos visto al tratar de causas eficientes, aceptar una seria indefinida de cosas necesarias, pues, es forzoso que exista algo que sea necesario y que no tenga fuera de sí la causa de su necesidad, si que sea la causa de la necesidad de los demás, a la que todos llaman Dios.
[Cuarta via: Los seres imperfectos del mundo reclaman un ser perfectísimo, pues hay distintos grados de perfección]
La cuarta vía, considera los grados de perfección que hay en los seres. Vemos en los seres que unos son más o menos buenos, verdaderos y nobles que otros, y lo mismo sucede con las diversas cualidades. Pero más el más y el menos se atribuyen según su diversa proximidad a lo máximo, y por esto se dice lo más caliente de lo que más se aproxima al máximo calor. Por tanto, ha de existir algo que verísimo, nobilísimo, y óptimo y, por ello, ente o ser supremo; pues, como dice el Filósofo, lo que es verdad máxima es máxima entidad [Aristóteles]. Ahora bien, lo máximo en cualquier género es causa de todo lo que en aquel género existe, y así el fuego, que tiene el máximo calor, es la causa del calor de todo lo caliente, según dice Aristóteles. Existe, por consiguiente, algo que para todas las es causa su ser, de su bondad y de todas sus perfecciones, y a esto llamamos Dios.
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